Me reconozco en muchas personas que buscan saber quiénes son y por qué están aquí. Empatizo con la necesidad de saber quiénes somos y reconocernos más allá de nuestros personajes y máscaras desde la visión transcendental o transpersonal, en busca del Ser auténtico. Siento un compromiso profundo con el ser humano en su evolución y expansión de conciencia. Es por ello que me abro a compartir mi experiencia con los Registros Akáshicos y cómo llegué a la comprensión, conciencia de circunstancias y vivencias personales, reconocer el aprendizaje de situaciones del pasado y encontrar las respuestas a tantas preguntas existenciales que me perseguían desde pequeña.
¿Por qué me decidí a hacer un curso de Registros Akáshicos?
He sentido siempre la certeza interior de que todas las personas somos capaces de desarrollar cualidades “especiales”. Ahora sé que son innatas del ser humano como la clarividencia, la intuición, canalizar información y la energía a través de las manos… De alguna manera, de pequeña, ya conectaba con otros mundos paralelos, una clara sensación y a la vez miedo profundo de una conexión con la presencia absoluta.
Durante mi camino de búsqueda hacia esas respuestas existencias y poder llenar el vacío que experimenté en profundidad en mi etapa ya adulta, oí hablar de los Registros Akáshicos. En aquel momento recibía un gran bombardeo de información de cursos, talleres, libros, formaciones, charlas, videos de la nueva conciencia,… había tanta información a mi alrededor que lo percibí como una herramienta más de la nueva era espiritual. Sonaba muy “místico” y no tenía ni idea de lo que era, en aquel momento no me informé de ello.
Pasado un tiempo comencé a pasar consulta de terapias energéticas, terapia regresiva y transpersonal, bioenergética y quiromasaje donde empecé a desarrollar la intuición, la clarividencia, las percepciones kinéstesicas,… Entré en contacto con el mundo de la no forma y los campos energéticos, espacios multidimensionales y a conectar con el Todo.
A la vez que atendía a pacientes en consulta y seguía formándome para mi crecimiento personal, estaba pasando por experiencias personales que me causaban mucho sufrimiento y no entendía nada. Se escapaba a mi comprensión desde mi ser humano. Aunque intentaba conectar con mí Ser con meditación y me trabajaba personalmente para poder desapegarme del sufrimiento, no lo conseguía del todo, lo que sentía venía de un lugar profundo y relacionado con el karma.
Llegó el día en que mis hermanas, Noelia y Alicia, me contaron que asistieron a un curso y me hablaron de sus experiencias con los Registros Akáshicos. En aquel momento mi corazón sintió una gran llamada y todo mi cuerpo comenzó a vibrar. Supe que era la herramienta que necesitaba, todo llega en el momento apropiado, cuando estamos preparados.
El proceso para buscar un curso de Registros Akáshicos
Mi proceso fue fácil. Me formé con la misma maestra que mis hermanas, era la referencia que tenía y sentía que tenía que ser así. Busqué en otros lugares pero algo me decía que no, que tenía que ser con la misma persona que inició a mis hermanas. Siempre me dejo llevar por mi intuición en estas cosas, lo que mi corazón dicta y no mi mente. Más adelante entendimos las tres el por qué coincidimos en este camino, un tiempo después nació Corazón Akasha, un hermoso proyecto.
Algunos compañeros de este camino de búsqueda que habían asistido a los cursos y otras formaciones con otras escuelas, me transmitieron sus experiencias con los Registros Akáshicos. La mayoría habían conectado con una gran expansión de conciencia y vivencias muy positivas. Sin embargo, otras personas que habían oído hablar de ello, sin conocer de primera mano los Registros Akáshicos, me llegaron a decir que tuviera cuidado porque podría conectar con energías que podrían perjudicarme y causarme algún desarreglo emocional. A mí eso no me resonó para nada, no estaba dispuesta a dejarme llevar desde el miedo y las percepciones negativas de otros. Yo decidí seguir mi corazón e intuición, utilizar el discernimiento y obedecer las señales que me mostraba mi ser.
Por fin llegó el día para realizar el primer nivel de Registros Akáshicos
Mi alma estaba inquieta. Recuerdo los días previos con sensación de cansancio y mi estado emocional con altibajos. No descansaba bien por la noche y sentía una vibración por todo el cuerpo. En realidad me estaba preparando energéticamente para recibir la iniciación. Fui sin expectativas, a pesar de conocer las experiencias de mis hermanas y de amigos, quise ir neutral y vivir mi propia experiencia con los Registros Akáshicos.
También recuerdo que el día de antes comencé con la menstruación. Para mí es un hecho importante, mi cuerpo estaba en plena sensibilidad y preparándose para un nuevo ciclo en todos los sentidos. Recibí el sangrado como una causalidad maravillosa, algo que muere en mí y se regenerará desde un nuevo estado de conciencia.
El momento de iniciarme en los Registros Akáshicos
El momento de la iniciación fue muy especial para mí, fue como volver a casa. Todos mis miedos profundos a la conexión con la presencia absoluta, a la conciencia de mi Ser superior y de otros mundos paralelos se esfumaron. Ya no estaba sola. Sentí y visualicé a mis guías, los percibí… me invadió una energía de plenitud, de profunda alegría y emoción.
Recibí mucha información en esos momentos, una gran vibración energética que se ancló en mi campo energético y sentí la apertura de mi canal conectado a una fuente de conciencia superior. Nunca antes lo había sentido tan abierto y a la vez era como si estuviera en una ensoñación. En realidad es muy difícil de explicar…
Mis compañeros de curso contaron sus experiencias, cada uno vivió la suya propia única y especial. Tuvimos experiencias similares, algunos lloraban de emoción y sentían el corazón más abierto, otros se quedaron dormidos y les costó conectar, otros tuvieron una gran conexión y también visualizaron… Cada experiencia es única, válida y totalmente maravillosa.
Mi sensación después del curso fue como un antes y un después. Así fue mi experiencia con los Registros Akáshicos en mi primera toma de contacto. Experimenté una apertura de corazón y una sensación de amplitud en la mirada, como si una telita cayera de mis ojos y pudiera ver todo con mayor claridad. Mi consciencia como ser espiritual viviendo una experiencia humana se expandió y lo sentía en mí día a día.
Otros compañeros experimentaron algo similar, según el proceso personal de cada uno. Entendimos que cada persona recibe lo adecuado en cada momento y así lo compartimos.
La experiencia de abrir los Registros Akáshicos por primera vez
En el curso hicimos prácticas para abrir nuestros propios Registros Akáshicos. Al principio temía no saber hacerlo y mi mente decía que no iba a ser capaz. Cuando me di cuenta que mi ego-mente quería llevar el control del asunto, entonces bajé de la mente al corazón y me conecté con mi esencia, mi Ser superior.
La sensación fue clara. Sentí una sensación de expansión en mí pecho y me quedé un ratito sintiendo ese espacio de confort, como mi lugar sagrada, mi casa. Entendí que tenía que utilizar el mismo lenguaje que utilizan nuestros guías, maestros y seres luz, el lenguaje del Amor.
Conecté con el Amor que soy desde mi corazón, como ondas de luz que se expanden. Visualicé mi canal conectado al corazón Akáshico y a la Tierra, entonces comencé a percibir y recibir información. Era algo conocido para mí, de alguna manera sentía que esto ya lo había hecho más veces.
La información venía como un pensamiento o una idea. Comencé a visualizar colores, sentí una sensación en mi cuerpo de calor y comencé a escribir. Primero una palabra, luego otra… sin pensar, hasta que comencé a escribir frases, en un lenguaje amoroso y lleno de belleza. No era yo, eso no lo pudo escribir Anabel desde la mente, era muy elevado y hermoso, eran mensajes de esperanza. En esa primera práctica canalicé algunas frases, visualicé energías y colores.
Después del curso tuve que realizar los 33 días de Gracia y practicar mi apertura de Registros Akáshicos. Hacía preguntas a mis guías, no todos los días recibía información pero si un gran estado de plenitud y bienestar placentero. Observaba como mi mente entraba y me decía que no sería capaz, ¡pero ya conocía el truco!… poner la atención en mi corazón, expandir el Amor que soy y conectar con mi Ser de luz.
Tras las prácticas, la comunicación con mis guías, Maestros y Seres de Luz era fluida. Hubo muchas sincronicidades y señales a mi alrededor, hermosos mensajes de grandes maestros que me iban guiando en todo momento.
Mi percepción después del curso
Los Registros Akáshicos son una herramienta que si la practicamos en nuestro día a día, nos ayuda a reconocernos en esencia y vivir el momento presente. Podemos entender el aprendizaje del alma en cada experiencia pasada y presente, fuera de la dualidad y el sufrimiento, desde la compresión profunda de que en todo momento somos guiados y seguimos un plan mayor, que se escapa a la precepción de la mente limitada humana.
Todos somos capaces de canalizar desde el campo Akáshico. Para ello es necesario reconectarnos con la divinidad que somos, liberar patrones que bloquean el sentirnos merecedores de todo el Amor y sabiduría. Los Registros Akáshicos te ayudan a reconectarte con tu Ser de luz y desapegarte del sufrimiento.
Cada uno tiene su propia y única experiencia. La mía fue esta, no tiene por qué ser la tuya, pues somos únicos y estamos en nuestros propios procesos de crecimiento personal.
Desde el momento en que recibí la iniciación, sentí la necesidad de guiar y acompañar a otros. Así fue como me fueron guiando mis Maestros, guías y Seres de luz hasta el día de hoy. Sentí un compromiso con el Ser Humano, no podía guardar esta experiencia para mí, tenía que compartirla y estar al servicio.
Mi recomendación es que escuches tu corazón. Déjate guiar por tu Maestro interior y sigue esa llamada… desde ahí todo es fluir, todo es presencia y sabiduría.
Artículo escrito por: Anabel González Delgado.
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Hola, hace dos años hice el nivel 1 y 2 de los registros akashicos, estuve haciendo las meditaciones y canalizando los 33 días después del curso, después de eso no he vuelto a abrir mis registros ni los de otra persona, ahora siento la necesidad de volver hacerlo y no sé cómo tengo q empezar de nuevo, tengo q volver a repetir los 33dias o puedo empezar sin más? Muchas gracias de antemano por tu ayuda
Buenos días Marta, genial que vuelvas a practicar la apertura de tus registros akáshicos y conectar con ellos. Mi recomendación es que vuelvas a activar tu canal de luz realizando meditaciones y abriendo tus registros akáshicos, sería genial si empiezas tus 33 días de nuevo y lo integras en tu cotidiano, así como la meditación. En el canal de Youtube de la escuela tienes meditaciones que te pueden ayudar para conectar aún más con tu ser esencial y abrirte a la canalización. https://www.youtube.com/channel/UCJ85JsOYGShubcnySPMI8oA
Me interesa, saber mas
Hola Nancy, en nuestra web, en el apartado de Registros akáshicos tienes más información sobre esta herramienta. Si estas interesada en cursos o lecturas, nos puedes escribir a info@corazonakasha.com y te enviamos la información que necesites.
Hola, puede ser que al abrirte los registros no te resuene lo que te dicen y que lo que sentís sea lo contrario a lo que te dicen?
Hola Magali, entiendo lo que dices. En ocasiones nuestra mente puede pensar diferente al mensaje que nos transmitan nuestros guías y seres de luz, pues la visión desde los registros akáshicos es más amplia que nuestra mente limitado.
Hola!tengo un especial interés por todos los temas espirituales, y desde hace unos meses siento mucha curiosidad sobre los registros akashicos, pero no estaba segura si me merecía la pena hacer un curso, con el miedo de si yo podré conectar o no. La verdad que me ha encantado lo que acabo de leer tus inicios , tus sentimientos sobre como fué y me anima a hacerlo. Muchas gracias!
Hola Mar, me alegra que mi experiencia te inspire para abrirte a recibir esta herramienta. Lo más importante es escuchar tu corazón, aunque suene a tópico, pero es la verdad, la sabiduría ya está dentro de cada uno de nosotros y se requiere de poner atención en el presente. Un abrazo.